Comercio internacional y ambiente: Desafíos para la República Argentina
Por Sonia Aponte Tinao, Leopoldo M. A. Godio y Pablo G. Strada,* Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales © Ambiente y Comercio
El documento de trabajo “Comercio Internacional y Ambiente: Desafíos para la República Argentina” analiza la relación entre comercio y ambiente, desde el punto de vista de los desafíos y oportunidades que tendría la República Argentina. Entre los desafíos se encuentra el estado actual de la legislación argentina, que no esta en sintonía con los desafíos ambientales y comerciales planteados en este trabajo, a diferencia de lo que se observa en otros países como Corea o Canadá. Se requieren reformas legislativas que posibiliten la inclusión de nuestro país dentro del paradigma que se avecina, promoviendo una mayor eficiencia en el uso de los recursos e incentivando los cambios necesarios en la producción y consumo.
La comunidad internacional desde los años setenta se ha debatido acerca del camino a seguir, logrando consenso internacional en la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo que sea sostenible, donde comercio y ambiente se apoyen mutuamente y no sean obstáculo el uno para el otro. Los parámetros actuales de producción (incluyendo el comercio) y consumo presionan fuertemente a la naturaleza. Esto se refleja en la propia degradación ambiental de los últimos decenios, de manera específica en deforestación, calentamiento atmosférico, reducción de la biodiversidad, contaminación del aire, agotamiento de la capa de ozono y sobrepesca. Se estima que la población alcanzará los 10.000 millones de habitantes para el año 2050. Este hecho lleva implícito la necesidad de cambio de estos parámetros de producción y consumo.
El trabajo se divide en tres secciones, en la primera se realiza un racconto histórico acerca de la evolución del concepto de desarrollo sostenible, y el vínculo entre comercio y ambiente. Se revisan los procesos de negociación tanto en el campo de Cambio Climático (ONU) como de Comercio Internacional (OMC), los cuales se encuentran en una especie de impasse, con la consiguiente probabilidad de un incremento en las controversias sobre comercio y ambiente en el sistema de solución de controversias de la OMC. Este hecho no haría más que ofrecer una solucion “second best” ya que sería un foro de comercio el que resuelva y analice la problemática ambiental pero siempre teniendo en cuenta y como prioridad mantener el nivel de comercio.
En la segunda sección se analizan las acciones y políticas que están adoptando diversas regiones (Medio Oriente, America Latina, Union Europea) y países (Canada, Korea, Brasil, India) con el fin de hacer frente al desafío de alcanzar un desarrollo sostenible, asegurando que su oferta exportable no sea perjudicada. La hipótesis de base es que el comercio mundial enfrentará mayores trabas comerciales basadas en consideraciones ambientales.
Finalmente, en la tercera sección, se describe la situación en Argentina, país dotado de recursos naturales, exportador neto de commodities agrícolas y minerales, así como exportador de bienes industriales de medio nivel de transformación. Argentina en las negociaciones internacionales sostiene que el desarrollo sostenible debe debatirse en los foros ambientales (ONU) y no en los comerciales (OMC) y que no deben utilizarse el ambiente como excusa para afectar el comercio. La situación particular Argentina se analiza tomando siete casos donde comercio y ambiente se vinculan generando una potencial controversia o afectación comercial. Los casos analizados son: a) el Mecanismo para un Desarrollo Limpio; b) las energías renovables y biocombustibles; c) la huella de carbono; d) la producción sostenible; e) la industria pesquera; g) el impuesto al carbono en frontera; y h) el desarrollo tecnológico.
La principal conclusión del trabajo es que para Argentina la prioridad dentro del concepto del desarrollo sostenible es precisamente lograr su propio desarrollo. Sin embargo, lograr esta meta le significa reducir y/o eliminar sus emisiones de Gases efecto invernadero (GEI) a fin de evitar que los países adonde destina sus exportaciones las afecten por cuestiones ambientales. Uno de los mayores desafíos que encuentra Argentina para este fin es la falta de una definición de política ambiental integral que promueva el desarrollo y la escasa coordinación existente entre las agencias gubernamentales y el sector privado.
Argentina presenta un inmenso potencial en caso de lograr un desarrollo sostenible de sus sectores productivos, para ello debe elaborarse una estrategia nacional sobre cambio climático. El país tiene grandes oportunidades en buen uso del suelo, conservación y recuperación de recursos naturales, continuando con su proceso de industrialización, que deberá reducir su consumo de energía y eficientizar sus procesos. Su gran capacidad exportadora de alimentos deberá adaptarse a un mercado mundial más exigente en la reducción de emisiones GEI. Lo mismo sucederá en los sectores industriales que hacen un uso intensivo de GEI por unidad de producto, quienes enfrentan un riesgo comercial. Será necesario estimar los costos laborales, ya que la transición a una economía de bajo carbono puede tener un gran impacto. La tendencia del largo plazo es una economía sostenible. Sobre el desarrollo de nuevas tecnologías, nuevamente Argentina cuenta con varias cuestiones a favor, i.e. recursos humanos formados, pero carece de recursos financieros que conlleva el R&D en este campo.
En cuanto al vínculo con la región, se observa que la integración regional aparece como un espacio de cooperación inevitable para el diseño de políticas públicas coordinadas, lo que facilita la consecución de los objetivos ambientales en los Estados, entre los que se destacan, por ejemplo, la producción de biocombustibles, la promoción de prácticas, consumos y producciones sostenibles y, eventualmente, el financiamiento de las inversiones necesarias. Unasur y el Mercosur deberían profundizar sus roles en materia ambiental, generando mejores mecanismos para solucionar posibles disputas. Argentina debe por tanto, repensar y analizar la conveniencia de generar una alianza estratégica con Brasil, con quien comparte muchas características e intereses, con el fin de tener masa crítica en las negociaciones internacionales. De no lograrse una posición común con Brasil, Argentina debería tener un rol proactivo en las negociaciones internacionales mediando y coordinando a fin de que sus posturas sean reflejadas en acuerdos futuros.
Finalmente y ante al escenario de que las negaciones internacionales sobre Cambio Climatico y Comercio no alcancen resultados satisfactorios, mantenga el actual impasse, es dable esperar mayores controversias sobre estos temas. Argentina debería entonces prepararse y formar expertos a fin de accionar ante la OMC frente a las barreras a las exportaciones Argentinas por cuestiones ambientales.
Link a la publicación completa: Comercio Internacional y Ambiente: Desafíos para la República Argentina, Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), Konrad Adenauer-Stiftung, mayo de 2012.
* Leopoldo Godio es abogado y docente en derecho internacional público (UBA). Investigador Adscripto del Instituto Gioja. Miembro del Instituto de derecho internacional del CARI
* Pablo G. Strada es abogado y master en relaciones internacionales de la Universidad de Bologna. Miembro del Instituto de derecho internacional del CARI.
* Sonia Aponte Tinao es licenciada en ciencias políticas con especialización en relaciones internacionales (UCA). Periodista y miembro del CARI.