Instrumentos novedosos de financiamiento climático
Por Soledad Aguilar (*), Luis Fierro (**) y Virginia Scardamaglia (***), 17 de diciembre de 2014
El financiamiento para el cambio climático ha sido uno de los principales temas de debate en la reciente COP 20 en Lima, Perú. Uno de los ejes de las negociaciones climáticas de los últimos meses ha sido justamente la capitalización del Fondo Verde del Clima (GCF por su sigla en inglés), que logró durante la COP el objetivo de llegar a una movilización inicial de recursos por unos US$10.200 millones; y la movilización conjunta de financiamiento climático hasta alcanzar una meta de US$100 mil millones anuales para el 2020.
Lo curioso es que, hoy en día, no son sólo los países desarrollados quienes están movilizando recursos, sino también algunos países en desarrollo. Así, tres países miembros de AILAC anunciaron contribuciones al Fondo Verde del Clima: Colombia y Perú contribuirán US$ 6 millones cada uno; y Panamá aportara un millón de dólares. Otros países en desarrollo, como México, Mongolia y Corea del Sur también anunciaron aportes al GCF.
Al mismo tiempo, los países mencionados son también receptores de recursos para el cambio climático. Todos los países del grupo AILAC, conformado por Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá y Perú, reciben financiamiento para la mitigación y adaptación. El financiamiento proviene mayoritariamente de fuentes tradicionales, tales como: los bancos multilaterales y bilaterales de desarrollo, en especial el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF), y el Banco Europeo de Inversiones (BEI); agencias bilaterales de desarrollo; y fondos especializados como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) y los Fondos de Inversión del Clima (CIF, por sus siglas en inglés).
Los países AILAC también promueven enfoques innovadores y creativos para el financiamiento climático. En las negociaciones actuales, los miembros de AILAC se encuentran en un grupo de países que ha propuesto que las contribuciones financieras no estén limitadas al grupo tradicional de países donantes, sino que otros que estén en condiciones de hacerlo, también provean recursos financieros y otros medios de implementación. Chile, por ejemplo, estableció diversos fondos fiduciarios en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y los países de la UNASUR de manera conjunta proveyeron asistencia financiera a Haití tras su devastador terremoto, junto con apoyo material.
Entre algunos de los instrumentos más novedosos utilizados para financiar la mitigación y adaptación por los gobiernos de la región encontramos el impuesto al carbono instaurado por Chile, siendo el primero de este tipo en la región. Asimismo, varios países de la región, como Colombia y Perú, han puesto en marcha Fondos Nacionales Climáticos. En el caso de Colombia, se creó el Fondo Nacional de Adaptación, que complementará al Fondo de Calamidad existente, diseñado para la ayuda de emergencia en el caso de un desastre natural, y en el caso de Perú se trata del Fondo de Promoción de las Áreas Naturales Protegidas del Perú.
Entre las inversiones de fondos de origen público encontramos algunos ejemplos interesantes para subrayar como:
- La Unión Europea (UE) puso en marcha el Fondo Latinoamericano de Inversiones (LAIF, por sus siglas en inglés), que proporciona una subvención como parte de un paquete de cofinanciación híbrido que incluye préstamos, préstamos concesionales, donaciones, garantías, operaciones de capital riesgo y asistencia técnica de las instituciones financieras públicas europeas y latinoamericanas.
- La puesta en marcha de un Programa de Cambio Climático y Energía Limpia, cofinanciado por el banco de desarrollo alemán (KfW) y la CAF, para los países miembros de esta última institución en la Región.
- La UE, Alemania y Noruega crearon el Fondo Global para la Eficiencia Energética y las Energías Renovables (GEEREF). Su objetivo es anclar nuevos fondos de capital privado para proyectos de energía renovable y de eficiencia energética.
- Canjes de deuda por naturaleza o adaptación, como fue el caso de Alemania y Guatemala.
- CAF y KfW están poniendo en marcha un nuevo Fondo para el Desarrollo Geotérmico para América Latina. El fondo tiene la intención de mitigar los riesgos para el desarrollo de la energía geotérmica en Chile, Colombia y Perú, entre otros países.
Entre las inversiones de fuente privada, o mixta, resaltamos las siguientes:
- El Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID creó, junto a otras instituciones públicas y privadas, el fondo de biodiversidad Eco-Empresas II, que invierte capital de expansión para el crecimiento de emprendimientos sostenibles en nichos de negocio únicos, tales como la agricultura orgánica, productos forestales no madereros, la silvicultura sostenible o ecoturismo. Los instrumentos utilizados son cuasi-capital, pagarés convertibles y deuda a largo plazo, entre otros. Varios países AILAC han participado en las operaciones de este Fondo.
- Un préstamo del Fondo Climático privado Althelia, respaldado por bonos de carbono, para el Parque Nacional Cordillera Azul de Perú.
- En Perú, la Corporación Financiera Internacional (CFI) del Grupo del Banco Mundial emitió su primer “Bono Verde” denominado en soles peruanos, junto a Rimac Seguros.
Otro ejemplo interesante, si bien no hay participación de países AILAC, es el Fondo de Seguro contra Riesgos de Catástrofes del Caribe sostenido por gobiernos de países del Caribe y administrado por el Banco Mundial, el cual ha permitido el pooling de riesgos para hacer frente a los desastres naturales de la región como los huracanes. Este es un mecanismo que podría ser replicado en otras regiones que compartan los mismos riesgos climáticos.
Como hemos visto, hay muchas fuentes novedosas y creativas de financiamiento para mitigación y adaptación al cambio climático en América Latina y para los países de AILAC en particular, la cual proviene en su mayoría de fondos públicos.
En el caso de la inversión privada, las medidas necesarias para atraer este tipo de recursos requieren un rol más proactivo de los Estados (y entidades subnacionales), para aprobar regulaciones que generen las condiciones de mercado necesarias para atraer inversiones hacia sectores que no son comercialmente viables en ausencia de una normativa específica, o que requieren regulaciones (concesiones, aprobaciones) para poder funcionar. Por ejemplo, es necesario adoptar regulaciones específicas para: promover el desarrollo de energías renovables; construir grandes obras de infraestructura para evitar inundaciones; o desarrollar el mercado de seguros climáticos indexados.
En este sentido, además de las regulaciones, los bancos nacionales de desarrollo juegan un rol fundamental en la creación del tipo de instrumentos financieros necesarios (como por ejemplo, garantías de riesgo político y líneas de crédito concesionales) para fomentar inversiones por parte del sector privado.
Una vez establecidas las condiciones de entorno para hacer viable la inversión privada, hay una amplia variedad de instrumentos que pueden ser utilizados para canalizar las inversiones, incluyendo, los tradicionales emisión de bonos, inversiones de capital y garantías, así como algunos más novedosos como la emisión de bonos verdes, bonos catastróficos o contingentes, la securitización de flujos de recursos para eficiencia energética, el desarrollo de seguros indexados para catástrofes climáticas, y el desarrollo de mercados de carbono y bolsas de activos climáticos, todos los cuales funcionan hoy en países desarrollados y tienen un incipiente desarrollo en los países miembros de AILAC.
(*) Soledad Aguilar, Abogada (UBA), LLM (London School of Economics). Dirige el Posgrado en Derecho y Economía del Cambio Climático de FLACSO-Argentina. En la actualidad lidera una consultoría sobre Mecanismos Novedosos de Financiamiento para AILAC.
(**) Luis Fierro, Asesor en Financiamiento Climático de AILAC. Economista (PUCE), M.A. (U. de Oregon), M.Sc. y Ph.D. (c) (U. de Texas en Austin). Perfil: www.linkedin.com/in/luisfierro. Las opiniones no reflejan necesariamente la posición de los países miembros de AILAC.
(***) Virginia Scardamaglia, Magíster en Relaciones y Negociaciones Internacionales (FLACSO), asistente de investigación en el Posgrado en Derecho y Economía del Cambio Climático de FLACSO-Argentina. Trabaja con Soledad Aguilar en una consultoría sobre Mecanismos Novedosos de Financiamiento para AILAC.