¿Cómo Medir la Reducción de Emisiones? El proceso MRV
Por Héctor D. Ginzo,* 10 de Mayo de 2012 © Ambiente y Comercio
La reducción o estabilización de emisiones solamente se puede conocer a ciencia cierta cuando las actividades de las fuentes que emiten y de los sumideros que absorben emisiones, se pueden medir. Pero no solo es esencial medir, sino también poder comunicar lo medido de manera comparable y verificar independientemente los dos pasos anteriores.
Medición, notificación y verificación se agrupan en el proceso de MRV (Monitoring, Reporting and Verification) en el ámbito de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La pretensión de la Convención es lograr estabilizar las concentraciones atmosféricas de algunos gases que emiten calor. Son los denominados gases de efecto invernadero. Como las fuentes y los sumideros de esos gases son diversas acciones humanas, la apropiada administración de esas fuentes y sumideros es necesaria a la estabilización de aquellas concentraciones atmósféricas. Las modalidades de MRV están actualmente en discusión, porque este sistema es una parte integral del proceso de actividades de mitigación―también en discusión―mediante la evitación de la deforestación y la degradación de los bosques, y la conservación, gestión sostenible y mejoramiento de los stocks de carbono (REDD+). Según sea la naturaleza del sistema MRV que se acuerde, el proceso REDD+ podría ser exitoso o fracasar, como lo hizo (prácticamente) el mecanismo para un desarrollo limpio (MDL) en lo referente a actividades de forestación o reforestación.
MRV vio la luz en la Conferencia de las Partes de la Convención en Bali y se materializó en el denominado Plan de Acción de Bali (Decisión 1/CP.13). Una de los aspectos de este Plan de Acción es…‘[L]a intensificación de la labor nacional e internacional relativa a la mitigación del cambio climático…’ (§1.b) mediante, entre otras consideraciones, el estudio de… ‘compromisos o medidas de mitigación mensurables, notificables y verificables…por las Partes que son países desarrollados, asegurando la comparabilidad de las actividades entre sí…’ (§1.b.i); y…‘medidas de mitigación…apoyadas y facilitadas por tecnologías, financiación y actividades de fomento de la capacidad, de manera mensurable, notificable y verificable…’ (§1.b.ii);
En los apartados citados anida una situación asimétrica (en cuanto a responsabilidades) que no se manifiesta a primera vista: para los países desarrollados el MRV es de aplicación sine-qua-non (§1.b.i), pero para los países en desarrollo la aplicación dependerá del apoyo tecnológico y/o financiero recibido (§1.b.ii).
Hay que hacer la salvedad de que el proceso MRV no es privativo del proceso REDD; ese proceso se puede aplicar a cualquier actividad que genere emisiones o remociones de GEI o que esté asociada con la mitigación de éstas, como puede ser el financiamiento de, por ejemplo, las acciones voluntarias de mitigación en países en desarrollo denominadas NAMA (Nationally Appropriate Mitigation Actions). Un ejemplo relativamente reciente es la aplicación de MRV a un programa de establecimiento de pasturas sobre una extensa superficie, en la China (Wilkes y col., 2011). Otro ejemplo es la producción de biocombustibles también en el ámbito de NAMA (Romero, 2011).
En el ámbito de las negociaciones políticas actuales, la caracterización de la trilogía MRV es de por sí compleja. Las Partes de la Convención han contribuido con diversas ideas sobre la instrumentación del proceso REDD+, del que la trilogía MRV es parte integral. Así el órgano subsidiario para el asesoramiento científico y técnico (OSACT) de la Convención solicitó a las Partes de ésta sus opiniones relativas a las directrices metodológicas que se deberían aplicar a las actividades del proceso REDD+ (Las opiniones de las Partes se encuentran en los documentos FCCC/SBSTA/2011/MISC.7 y sus Adendas). Se remitieron a aquél organismo 18 opiniones, tanto individuales como conjuntas; algunas Partes opinaron tanto individual como conjuntamente con otras. Lo que interesa en el contexto del presente artículo es el tratamiento dado al sistema MRV.
Acerca de las características del sistema. Doce opiniones (67% del total) hacen referencia a las características del sistema MRV. La mayoría de éstas (10) proponen un sistema flexible; es decir, un sistema adaptado al grado de implementación de las actividades REDD+ el que, presumiblemente, está condicionado a las circunstancias nacionales de cada país en desarrollo. Solamente tres opiniones ― países desarrollados ― enfatizan explícitamente la necesidad de que el sistema MRV cumpla con los cinco requisitos de la buena práctica para la confección de inventarios de GEI; a saber: coherencia, exhaustividad, transparencia, precisión y comparabilidad. Vale la pena destacar que el sistema MRV es semejante, en cuanto a su aplicación al proceso REDD+, a la confección de un inventario de las existencias de carbono en los diversos compartimientos de un monte.
Una cuestión semántica. Australia le otorgó al término monitoring una acepción diferente de la que este término tiene en MRV. Monitoring (aislado) quiere decir una evaluación para detectar rápidamente cambios en el uso del terreno. Por su parte, MRV engloba los enfoques metodológicos más estrictos a criterio del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). El empleo de monitoring para describir la evaluación de una situación está mejor descripto en español por la palabra supervisión que medición, como habitualmente se la traduce en la jerga de la Convención.
El Salvador, República Dominicana, Honduras y Panamá hacen la misma distinción semántica que Australia, en el sentido que el término monitoreo—como traducción literal de monitoring—significa supervisión mientras que monitoring dentro de MRV significa medición. Hay una sutil diferencia, si se quiere, entre ambas acepciones, que es difícil determinar cuánta importancia tendrá en el acuerdo final sobre los procedimientos de REDD+.
La soberanía nacional. Una tercera parte de las opiniones favorecen explícitamente la verificación internacional dentro del sistema MRV. Pero, un numeroso grupo de países en desarrollo repartidos en varios continentes opina que esa verificación internacional no tiene que ser entrometida ni generar castigos por incumplimiento.
La regionalidad. Dos opiniones―Angola y Botsuana―proponen la elaboración de sistemas MRV regionales.
La identificación precedente de opiniones no es exhaustiva. Las opiniones remitidas al OSACT difieren en otros muchos aspectos, particularmente referidos al proceso REDD+. Lo ejemplificado aquí muestra, sin embargo, que hay un largo camino para recorrer hasta acordar un sistema MRV lo más uniforme posible, que asegure la obtención de datos fieles y precisos en un universo de países en desarrollo totalmente heterogéneo en cuanto a sus capacidades técnicas y económicas para obtener mediciones que respeten básicamente los criterios de exhaustividad, transparencia, exactitud y comparabilidad.
Referencias:
Andreas Wilkes, Wang Shiping, Timm Tennigkeit & Feng Jiexi. 2011. Agricultural Monitoring and Evaluation Systems: What can we learn for the MRV of agricultural NAMAs?. ICRAF Working Paper No. 126. ICRAF. China. 24 pp.
Jane Romero. 2011. Biofuels – from CDM to NAMAs. IGES Working Paper-CC-2011-04. Institute for Global Environmental Strategies. Japón. November 2011. 14 pp.
Agradecimiento:
Agradezco al Embajador Dr. Raúl A. Estrada-Oyuela sus valiosos comentarios sobre el texto original, que lo han enriquecido notablemente.
* Héctor D. Ginzo es Ingeniero Agrónomo (UBA) y MSc. (Bangor University), miembro del Instituto del Clima, Academia Argentina de Ciencias Ambientales y Académico de la Academia Argentina de Ciencias Ambientales.