América Latina y el Caribe atraen un creciente porcentaje de la inversión Global en Energía Limpia
FOMIN* y del BNEF**, 31 Octubre 2013 © Ambiente y Comercio
América Latina y el Caribe está atrayendo una mayor proporción de las inversiones globales en energías limpias, como resultado de los esfuerzos hechos por los gobiernos de la región al fortalecer y expandir las políticas necesarias para el despliegue de este mercado, y su apoyo a las cadenas de suministro locales, según el Climascopio 2013, un nuevo informe del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) y Bloomberg New Energy Finance (BNEF). El informe evalúa también la atracción de nuevas inversiones medida por medio de 39 indicadores sobre marco regulatorio favorable, inversión en energías limpias y financiamiento climático, líneas de negocios de bajas emisiones de carbono y cadenas de valor de energía limpia, y actividades de gestión de gases de efecto invernadero.
Climascopio, patrocinado por el FOMIN y elaborado en base a una investigación realizada por BNEF, es un índice interactivo y una herramienta virtual de evaluación centrada en mercados de energías limpias. Lanzado por primera vez en 2012, el Climascopio evalúa la capacidad de los países latinoamericanos y caribeños para atraer inversiones en energías limpias bajas en carbono. Este año, las naciones fueron evaluadas con 39 indicadores, categorizados en cuatro parámetros generales: (I) marco favorable, (II) inversión en energías limpias y financiamiento climático, (III) líneas de negocios de bajas emisiones de carbono y cadenas de valor de energía limpia, y (IV) actividades de gestión de gases de efecto invernadero.
En total, las inversiones en energías limpias para la región de América Latina y el Caribe representaron el 6 por ciento de los US$268 mil millones de inversión mundial en energías limpias en el año 2012, lo que se significó un aumento en su posición relativa a otras regiones del 5,7 por ciento comparado con los niveles de 2011. (La energía limpia se define como eólica, solar, biomasa, hidroeléctrica, geotérmica y otras fuentes de energía renovables y biocombustibles). La inversión en la región se contrajo un 3,8 por ciento desde 2011 hasta 2012, lo que representa un retroceso menor comparado con la reducción del 11 por ciento experimentado a nivel mundial en el mismo período.
“Los marcos normativos se están expandiendo y fortaleciendo en América Latina y el Caribe. La información proporcionada por el Climascopio ha sido de gran ayuda para reducir las brechas de información y para atraer nuevas inversiones en energías limpias”, según Nancy Lee, gerente general del FOMIN. “El rápido descenso de los costos de las tecnologías limpias, como la energía solar y la eólica, y el mejor clima de inversión, han hecho que la generación de energías limpias en la región se convierta en un mercado interesante y asequible. El FOMIN continuará apoyando el progreso de América Latina y Caribe”.
El socio encargado de la investigación para el Climascopio, Bloomberg New Energy Finance, hizo un seguimiento de las políticas de energías limpias en América Latina y el Caribe y constató que a finales de 2012, existían 110 políticas, lo que suponía un incremento considerable, en comparación a las 80 que se identificaron a finales de 2011.
El Climascopio 2013, también analiza la diversificación de las inversiones en materia de energías limpias y por zona geográfica.
“El crecimiento de la inversión en energías limpias fuera de Brasil en 2012 fue significativa”, dice Michael Liebreich, presidente ejecutivo de Bloomberg New Energy Finance. “El financiamiento total fuera del país más grande de América Latina representó un 45% de la inversión en la región en 2012, lo que supone un aumento significativo con respecto al 17% de 2011, gracias a países como Chile, República Dominicana, México y Uruguay, entre otros donde se registraron unas tasas de crecimiento muy altas”.
Sin embargo, Brasil obtuvo la mejor posición global según el Climascopio, gracias a su liderazgo en los parámetros de líneas de negocios de bajas emisiones de carbono y parámetros de actividades de gestión de gases de efecto invernadero. Este es el segundo año consecutivo en el que Brasil ocupa el primer lugar de la clasificación del Climascopio.
Chile obtuvo la segunda posición, subiendo tres posiciones, después de haber más que cuadruplicado la inversión en energías renovables de 2011 a 2012, alcanzando un monto total de US$2,1 mil millones.
Nicaragua, con el segundo PIB per cápita más bajo de la región, ocupó el tercer lugar en la clasificación general gracias a un buen resultado en los parámetros de marco favorable y los parámetros de inversión en energías limpias y financiamiento climático.
La puntuación máxima del Climascopio para una nación del Caribe fue obtenida por República Dominicana, que dobló su inversión en energías limpias, alcanzando los US$645 millones. Esto ayudó a este país a avanzar siete puestos en la clasificación 2012, más que cualquier otro país en el Climascopio.
Otros hallazgos clave del Climascopio 2013:
- Las subastas de contratos de energías limpias están aumentando y se estima un mayor despliegue de estas energías en el futuro.
- Ocho países de la región cuentan con leyes de medición neta de energía, lo que permite que el exceso de energía generada por fuentes limpias pueda alimentar a la red eléctrica.
- El costo de la energía sigue siendo generalmente alto en toda la región, lo que ofrece importantes oportunidades para el despliegue de la inversión en energías renovables.
- La cadena de valor de energías limpias de la región está en expansión. De los 40 segmentos identificados en seis sectores de energías renovables, 35 existen actualmente.
- Existen 927 proyectos del Mecanismo de Compensación de Carbono, registrados bajo diferentes normas en la región; más de la mitad de estos proyectos pertenecen a la generación de energías limpias.
* Acerca del Fondo Multilateral de Inversiones
El Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), fundado por 39 donantes, apoya al desarrollo liderado por el sector privado en beneficio de los pobres, sus negocios, sus cultivos y sus hogares. El propósito es facilitar a las poblaciones de bajos ingresos las herramientas para aumentar sus ingresos: acceso a los mercados y la creación de las capacidades necesarias para competir en esos mercados, acceso al financiamiento, acceso a los servicios básicos, incluyendo tecnologías verdes. Parte central de la misión del FOMIN es servir como un laboratorio de desarrollo, experimentando, innovando y asumiendo riesgos para construir y apoyar modelos de negocios exitosos para micro, pequeñas y medianas empresas.
**Acerca de Bloomberg New Energy Finance
Bloomberg New Energy Finance (BNEF) es la fuente de datos y noticias sobre la transformación del sector energético. BNEF Insight Services proporciona análisis financiero, económico y político en las siguientes industrias y mercados: transporte avanzado, bioenergía, captura y almacenamiento de carbono, mercados de carbono, energía digital, eficiencia energética, almacenamiento de energía, gas, geotérmica, hidráulica y marina, energía nuclear, energía de los mercados, mercados REC, energía solar, agua y viento. El Servicio de Noticias de BNEF es el servicio líder en el mundo de las finanzas, la política y la economía de los mismos sectores.
Resulta alentador este esfuerzo de los países de nuestra América. Valiosísima esta herramienta sobre la que se comenta aquí. Hay seguramente una serie de iniciativas, no siempre coordinadas, no siempre conocidas, que se realizan al interior de nuestros países, con fondos más modestos, que no necesariamente quedan registradas. Hay municipios en el interior de la Argentina que están invirtiendo en programas para convertir la basura en energía renovable, al tiempo que se utiliza otra parte de los residuos para ser reciclados. Para ello en rigor se reúne la recoleción de varios municipios pequeños para lograr un volumen de desperdicios diarios que haga rentable la iniciativa. Muy en especial interesan en el Interior, la conversión de residuos agroalimentarios en biogas a nivel empresario. Todo va sumando. Avanzar hacia un patrón para medir nuestras huellas de carbono y hacerlas comparables (como, por ejemplo, el Protocolo GEI) sin duda ayudaría a poder evaluar lo que estas iniciativas aportan a la Mitigación y al progreso sostenible.