¿Qué dijeron los Mayores Emisores en la Cumbre de Cambio Climático de Nueva York?
Por Virginia Scardamaglia*, Buenos Aires, 7 de octubre de 2014 © Ambiente y Comercio
La Cumbre del Clima convocada por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y llevada a cabo el 23 de septiembre pasado, no logró avances sustantivos en cuanto a anuncios de reducción de emisiones, pero sí logró volver a poner el tema en agenda de los mayores emisores mundiales en vistas de la necesidad de avanzar en un borrador de acuerdo que circule en la próxima cumbre del Convenio de Cambio Climático en Lima, Perú, a fines de este año, y que se firme en la esperada Cumbre de París, Francia, a fines de 2015 para comenzar a regir a partir de 2020. Los países parecen estar escondiendo aún sus cartas en vistas de las negociaciones intensas que tendrán lugar durante el próximo año.
En este sentido, los mayores emisores mundiales, y por lo tanto aquellos en los que está centrada la mirada para alcanzar un acuerdo global que logre limitar el aumento de temperatura a 2° C respecto de los niveles preindustriales no realizaron anuncios nuevos que permitan vislumbrar un futuro con el fenómeno del cambio climático bajo control, sino que repitieron sus insuficientes metas ya anunciadas anteriormente. Un detalle no menor fue el nivel de participación en la Cumbre, donde los presidentes de los mayores emisores de la OCDE, como Barack Obama de Estados Unidos, Durão Barroso de la Comisión Europea y François Hollande de Francia estuvieron presentes, y aquellos de los mayores emisores no-OCDE (léase China, Rusia, India) enviaron representantes de menor rango, un Representante Especial de Cambio Climático en el caso de Rusia, el vicepremier en el caso de China, y el Ministro de Medio Ambiente en el caso de India.
Anuncios de metas y planes climáticos
Entre los anuncios realizados durante la Cumbre, los dos mayores emisores, China y Estados Unidos, evitaron explicitar compromisos concretos de reducción post-2020.
China, mayor emisor mundial en la actualidad, asumió el compromiso de alcanzar su pico de emisiones de CO2 y anunciar sus metas post-2020 “lo antes posible”. Asimismo, el vicepremier Zhang Gaoli, detalló una serie de acciones que está llevando adelante su país “por decisión propia” e indicó que recientemente se aprobó un plan nacional de cambio climático para alcanzar la ya anunciada meta de reducción de la intensidad de carbono por punto de PBI en un 40-45% para 2020 sobre los niveles de 2005, algo que la comunidad internacional considera insuficiente.
Estados Unidos, segundo emisor mundial, tampoco presentó su meta post-2020, indicando que lo haría “a comienzos del año que viene”. Dicha meta, según Obama, reflejará la confianza en la habilidad de los innovadores científicos y tecnológicos del país. Respecto de su meta de reducir sus emisiones en un 17% sobre los niveles de 2005 para 2020, Obama aseguró que Estados Unidos cumplirá con ese compromiso.
Por su parte, Rusia, el quinto emisor a nivel mundial, a través de su Representante Especial del Presidente en Temas Climáticos, Alexander Bedritskiy, indicó que un decreto presidencial de 2013 impuso una meta de reducción de GEI de un 25% sobre los niveles de 1990 para 2020. Sin embargo, esta meta es considerada como insuficiente, ya que el compromiso quedaría por arriba de las proyecciones de Business as Usual (BAU), debido a que las emisiones de Rusia tuvieron su pico en 1990 y luego cayeron dramáticamente debido al colapso de la Unión Soviética. Asimismo, Rusia fue uno de los pocos de los mayores emisores que fue un paso más allá en esta Cumbre y presentó una meta para 2030, que “podría ser limitar las emisiones de GEI a un nivel de 70-75% del volumen correspondiente a 1990”.
India, cuarto en el ranking de emisores, reafirmó su meta voluntaria de reducir la intensidad de emisiones por punto de PBI entre un 20-25% para 2020 sobre los niveles de 2005, meta que al igual que en el caso de Rusia, los dejaría por sobre las proyecciones de BAU.
Quien sí ha puesto metas claras y a largo plazo, como lo ha hecho hace años, ha sido la Unión Europea (UE), que se encuentra en el puesto 3 de emisiones, y que aún tiene pendiente una cumbre de la región a finales de este mes para terminar de consensuar un marco climático a futuro. A pesar de ello, Durão Barroso, reafirmó que el objetivo de Europa es reducir sus emisiones en un 80-95% para 2050 sobre los niveles de 1990, para lo cual ya han comenzado un proceso de descarbonización de sus economías. Esto se suma a los objetivos ya establecidos de reducir las emisiones en un 40% sobre los niveles de 1990 para 2030, así como una meta de energías renovables de al menos el 27% y un 30% de ahorro energético.
El acuerdo post-2020
Respecto del formato del nuevo acuerdo que debe sellarse en la COP de París en diciembre de 2015, la vieja división se mantiene entre aquellos que quieren seguir ateniéndose al principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, como Rusia y China, y aquellos que alegan que ya es hora de dar vuelta la página y fomentar un acuerdo que incluya a los mayores emisores actuales, como Estados Unidos y la Unión Europea.
Rusia, por ejemplo, alegó que si bien el acuerdo debe involucrar a todos los países, los compromisos de los países desarrollados y países en desarrollo deben ser distintos, aunque sí deben poseer un estatus similar y estar sujetos a rendición de cuentas o accountability. China alegó que es un país en crecimiento, con 1.300 millones de habitantes, y que está haciendo importantes esfuerzos para seguir creciendo, asegurar el bienestar de la población y proteger el medio ambiente, y reiteró su apoyo al principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas en el acuerdo de 2015.
El presidente estadounidense Barack Obama, por el contrario, indicó que hay que dejar de lado “las antiguas divisiones” y que se necesita “un acuerdo que refleje las realidades económicas de la próxima década y más allá”, haciendo clara alusión a países como China que vienen creciendo a altas tasas y ya se han colocado no sólo entre los mayores emisores actuales, sino también entre los mayores emisores históricos (CAIT). Obama agregó que el acuerdo debe ser inclusivo, involucrando a todos los países, pero también flexible, ajustándose a las diferentes circunstancias nacionales, algo con lo que coincidieron el presidente francés, François Hollande, y el Ministro Federal para la Cooperación Económica y el Desarrollo de Alemania, Gerd Müller, quien indicó que los países en desarrollo deben hacer su aporte, para lo cual se les otorgará un “importante apoyo”.
Financiamiento y Fondo Verde del Clima
Uno de los temas que quedan pendientes en la mesa de negociación es el financiamiento para países en desarrollo, tanto para mitigación como para adaptación, que es uno de los puntos exigidos por estos países para contribuir en el esfuerzo de reducción de emisiones.
En este sentido, la UE en su conjunto reafirmó su compromiso de gastar el 20% de su presupuesto 2014-2020 en acciones climáticas, lo que significaría una inversión de 180 mil millones de euros tanto dentro de Europa como fuera de ella en los próximos 7 años, incluyendo la inversión de 3 mil millones de euros para apoyar el desarrollo de energías sustentables en países en desarrollo. En total, el presidente de la Comisión Europea indicó que se proveerá asistencia financiera por 14 mil millones de euros a países fuera de la región.
En tanto, en sus anuncios individuales, tanto Francia como Alemania reiteraron su aporte de casi mil millones de dólares para el Fondo Verde para el Clima, mientras el Reino Unido remarcó su aporte de casi 4 mil millones de libras esterlinas (6,5 mil millones de dólares) en financiamiento climático a lo largo de cinco años, como parte de su compromiso de gastar un 0,7 por ciento de su Producto Bruto Nacional en ayuda internacional.
Estados Unidos no hizo anuncios relevantes de cifras, salvo una contribución de 15 millones de dólares al Banco Mundial para ayudar a financiar la reducción de la emisión de metano, y el anuncio de Obama de que se comenzará a incluir la resiliencia climática en los programas de asistencia al desarrollo de Estados Unidos. Asimismo, se anunció un nuevo esfuerzo de despliegue de las capacidades tecnológicas y científicas de Estados Unidos para implementar sistemas de alerta temprana, ayudando así a las naciones más vulnerables a prepararse para eventos climáticos extremos.
Por último, China anunció que duplicará su apoyo financiero para el establecimiento de un Fondo de Cooperación Sur-Sur sobre Cambio Climático y aportará 6 millones de dólares para apoyar a la Secretaría General de las Naciones Unidas en avanzar en ese tipo de cooperación, al tiempo que reclamó el cumplimiento del compromiso asumido por los países desarrollados de aportar ayuda financiera anual de 100 mil millones de dólares, así como transferencia de tecnología para los países en desarrollo, para 2020.
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Más información:
* Virginia Scardamaglia es Magíster en Relaciones y Negociaciones Internacionales de FLACSO-Universidad de San Andrés-Universidad de Barcelona y Supervisora de las Prácticas Profesionales en la Especialización en Derecho y Economía de Cambio Climático de FLACSO-Argentina.