Resultados de la COP 18 en Doha: decisiones tomadas y desafíos pendientes
Por Mónica López Baltodano, Delegada internacional de la Red Suswatch, 15 de marzo de 2013 © Ambiente y Comercio
Con esta publicación, la red Observatorio de la Sostenibilidad (SUSWATCH Latinoamérica) presenta por cuarto año consecutivo su balance de resultados de las cumbres anuales de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kyoto (PK). En esta ocasión, nos referimos a las 40 decisiones tomadas por los Estados-Parte durante la COP 18 – MOP 8 que conforman el denominado “Portal Climático de Doha” (Doha Climate Gateway), así como su relación con el proceso general de negociaciones. Las grandes limitaciones y debilidades de este lento –y en buena medida frustrante- proceso internacional que tiene sede en Naciones Unidas, en lugar de desanimarnos, nos impulsa a persistir en nuestro compromiso de reclamar públicamente la necesidad de soluciones globales efectivas que incorporen la perspectiva local y comunitaria de las poblaciones más vulnerables.
Hemos considerado relevante incorporar valoraciones críticas, no sólo de los resultados específicos de esta última Conferencia, sino sobre la historia y procesos asociados al Protocolo de Kyoto y el Plan de Acción de Bali, encontrando que el “Acuerdo de Copenhague” (2009) premonizaba muchos de los resultados de la COP 18 en Qatar (2012).
Indicamos que la viabilidad de la organización de Naciones Unidas, como instancia de gobierno global y cooperación entre las naciones, está sometida al escrutinio mundial, debiendo proveer resultados efectivos impostergables en esta década, partiendo de peligrosas constataciones acera del proceso:
- Hasta ahora, la comunidad internacional ha fracasado en la reducción de la contaminación por carbono (mitigación).
- El Protocolo de Kyoto, como proceso y resultado político, es la más fiel expresión –a la luz pública- de la profundidad y complejidad del reto histórico que representa el cambio climático para la humanidad.
- La crisis financiera internacional demostró ser más importante para los tomadores de decisión que la crisis climática.
- Los derechos de propiedad intelectual siguen siendo más poderosos que la necesidad real de transferencia tecnológica a los países en desarrollo. El interés privado sigue prevaleciendo sobre el interés público y social.
- De las negociaciones sobre Cooperación a Largo Plazo solamente nos quedó la promesa de fe en que las instituciones resultantes de todo este proceso finalmente tendrán un impacto en las comunidades que el proceso, por sí mismo, no ha logrado.
- Está sobre la mesa el reto de desarrollar un parámetro justo y equitativo para la distribución global de responsabilidades de mitigación, teniendo el plazo de 3 años para desarrollarlo y lograr efectivamente que los acuerdos prometidos para 2015 produzcan un nuevo instrumento que sea justo, ambicioso y legalmente vinculante.
- El rol de las economías emergentes (China, India, Brasil y Sudáfrica) será determinante de este proceso, en tanto la experiencia práctica ha demostrado que el rol contraproducente de Estados Unidos (y otros países desarrollados) seguirá presente.
Finalmente, nuestra mayor preocupación radica en que las decisiones internacionales se han movido regresivamente. De un enfoque de mitigación, en que atacábamos las causas de la enfermedad, nos movimos hacia un enfoque de adaptación en que atacábamos los síntomas de la enfermedad, para terminar luchando por un enfoque de compensación por pérdidas y daños, en que exigimos ser retribuidos por los sufrimientos de la enfermedad.
Es un movimiento peligroso que no ataca la raíz y las causas de la crisis climática, y que nos puede llevar a la peor de las injusticias, querer pagar con dinero lo que el dinero no puede comprar: la vida y la dignidad. [Balance de Resultados COP 18 – MOP 8 Web]
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