El G-20 dividido ante el crecimiento verde
Por Virginia Scardamaglia, 26 de marzo de 2012. © Ambiente y Comercio
El Grupo de los 20 (G-20) es el foro más importante de cooperación en las áreas más relevantes de la agenda económica y financiera internacional, que reúne a las economías avanzadas y emergentes más importantes del mundo. Pero no sólo eso: en las últimas semanas el G-20 también ha comenzado a tratar otros temas importantes a nivel internacional, como el medioambiental.
Fue México, anfitrión de la próxima reunión del Grupo a celebrarse en junio en Los Cabos, Baja California Sur, el que puso el tema sobre la mesa y lo motoriza. Según la presidencia mexicana del G-20, el crecimiento verde puede ser una herramienta útil para un camino al desarrollo sólido en términos ambientales y económicos para la comunidad internacional, puesto que puede crear nuevas actividades de negocios, mercados y oportunidades de empleo en áreas como la agricultura verde, tecnologías de energía limpia y servicios provistos por los ecosistemas. Más específicamente, las políticas de crecimiento verde pueden centrarse en cómo construir la seguridad alimentaria mediante la inversión en agricultura resistente al clima y la infraestructura asociada (como la del agua), y a través de mercados abiertos para el comercio de alimentos, que propicien una respuesta de la oferta a la demanda.
Así, México ha establecido “la promoción del desarrollo sustentable, el crecimiento verde y la acción contra el cambio climático” como una de sus cinco prioridades y de esta forma pretenden posicionarse como líderes propositivos en la agenda medioambiental del G-20. Según los expertos, el foro avanzará en lo que hace al financiamiento climático, por su especialidad en temas económicos y financieros. El año pasado, por ejemplo, Francia había solicitado al Banco Mundial (BM) y al Fondo Monetario Internacional (FMI) un estudio con propuestas para que los países avanzados pudieran hacer aportes financieros “verdes”, como la instauración de impuestos al transporte marítimo y a las transacciones financieras, pero ante la oposición de países como Estados Unidos, todo quedó en la nada.
En la actualidad, entre los temas específicos que se están discutiendo se encuentra un documento sobre principios de cooperación internacional para promover el crecimiento verde, que está siendo trabajado en el grupo de desarrollo y que tiene como objetivo dilucidar estrategias para ayudar a los países de bajos ingresos a encarar estrategias de crecimiento verde. Por otro lado, el grupo de finanzas está trabajando en incorporar las políticas de crecimiento verde a las políticas estructurales de los países.
Pero a pesar de todos estos movimientos, las opiniones dentro del G-20 están divididas. Los países en desarrollo, entre los que se encuentran Argentina, Brasil y China, ven al crecimiento verde como una agenda que genera amenazas, ya que según ellos se instalarían restricciones a las políticas de cada país, además de que no quieren recetas universales impuestas desde afuera. También alegan que el desarrollo tiene tres pilares, que son el social, el económico y el ambiental, y que los tres son igual de importantes, una posición similar a la que sostiene en el seno del G-77. Brasil, por su parte, tiene un elemento adicional para poner trabas a una discusión de este estilo en el G-20, ya que este año será anfitrión de la Cumbre de la Tierra Río+20, donde se espera que el crecimiento verde sea uno de los temas estrella.
En tanto, los países desarrollados no forman un grupo homogéneo. La UE, paladín de las políticas de cambio climático, es un claro impulsor de la agenda de crecimiento verde, junto con Corea del Sur, que fue designado como presidente de dicho grupo de trabajo. En tanto, países como Estados Unidos o Canadá no quieren tomar compromisos que podrían significar transferencia de dinero y de tecnología. Así se ve que en el G-20 se reproduce la misma lógica de negociaciones que en foros como las Conferencias sobre Cambio Climático auspiciadas por Naciones Unidas, donde los países desarrollados y los países en desarrollo se enfrentan sin lograr compromisos sustantivos.
Que pena nos toca vivir, los países ricos están igual que el niño barrigón y peleón, solo cuidando de sus intereses y no te importa el interés de todo el resto del mundo. La pregunta es donde nos llevará esto y la respuesta es……………….? El desastre o la pobreza de muchos para que pocos vivan bien.
¿G-20, el niño barrigón y peleón reinará o el interés de todos la humanidad?………….hay que esperar los resultado del G-20 y veremos quienes son los niños buenos y quienes son los malos, y esto se verá en el compromiso asumido por cada país. Esperemos y veremos
No me sorprende en muchas de las apreciaciones porque, mientras predominen los intereses sectoriales, individuales o regionales no se tendrán en cuenta los intereses globales sin evaluar los efectos que, de manera regional o hasta local, van a ir intensificando sus consecuencias como las que nos vamos acostumbrando a “padecer”.
Seguro que vos y algunos otros que me conocen saben de mis especialidades profesionales que he llevado a cabo durante más de 40 años en el SMN evaluando distintos “Modelos Numéricos de Pronósticos” a niveles globales, regionales y locales propios y de cuanto Centro de Investigación en el tema existen en el mundo.
Para resumir, basta ver que pasó la semana pasada localmente, la irrupción de aire polar ártico (febrero 2012) que sufrió Europa en casi toda su extensión hasta alcanzar latitudes del Norte del continente africano, produciendo gran cantidad de muertos y daños económicos cuantiosos.
Bueno Soledad, lo he dicho en otras oportunidades, mientras siga aumentando el calentamiento global de la atmósfera, ésta aumentará su cuota de energía disponible en forma de calor y la transformará en energía de movimiento, conocida como energía cinética (manifestación a través del viento), sin dejar de recordar la ferocidad del granizo y su aumento de frecuencia con respecto a décadas pasadas.
La ONU y sus Agencias Asociadas junto a los Gobiernos del mundo están organizando la reunión “Río +20” para junio próximo, no soy pesimista, trato como siempre ser objetivo, NO TENGO GRANDES EXPECTATIVAS PARA LOGRAR, AL MENOS UN CONSENSO.