Cambio climático: ni compromisos ni promesas asoman para París
Por Raúl A. Estrada-Oyuela*, 9 de marzo de 2015. ©Ambiente y Comercio
La resolución adoptada en Lima en diciembre con el ampuloso título Lima call for climate action[1] (todavía no tiene traducción oficial al español), no marca un camino para consolidar compromisos ni formular promesas en la Conferencia que se realizará en Paris en diciembre próximo. Arrastraba un anexo con elementos discordantes para un proyecto texto de negociación que en febrero último, en Ginebra, fue convertido en un mamotreto de proposiciones contrapuestas que confunde más la situación. La suma de ambas piezas, que deberían ser contribuciones para acordar una respuesta colectiva al cambio climático global, no constituye un buen augurio.
El Lima call for climate action fue adoptado por la 20ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático. El mamotreto se llama Texto de Negociación y fue producido por el Grupo para la Plataforma de Durban[2]. Con varias reuniones parciales en el camino, el conjunto será tratado nuevamente en Bonn en junio, como parte del camino a Paris.
La confusión se complica, además, por cuestiones semánticas.
Estas negociaciones se realizan en inglés y los documentos se negocian en ese idioma. Esto no es menor porque las palabras usadas en las traducciones pueden tener diferente connotación. Intended nationally determined contributions es la expresión clave que para definir lo que se espera que presenten los gobiernos; se usa coloquialmente en inglés, frecuentemente invocando solo sus siglas: INDC.
Aún no se conoce la traducción oficial al español de los documentos de Lima, pero la expresión proviene de la conferencia anterior, realizada en Varsovia, aparece en el punto 2.b de la resolución sobre trabajos relativos a la Plataforma de Durban[3] y fue traducida como contribuciones determinadas a nivel nacional, omitiendo la connotación del vocablo inglés intended. En francés dice contributions prévues déterminées au niveau national, que tampoco implica promesa ni compromiso.
Las expresiones usadas en esta negociación tienen connotación e historia que deben reflejarse en todos los idiomas.[4] El diccionario Western dice que intended en inglés significa “tener en mente como algo para hacer” y para el Oxford quiere decir “tenerlo como propósito”. La expresión aparece en documentos multilaterales, y los presidentes Barack Obama y Xi Jinping usaron el verbo intend en su declaración del 12 de noviembre último.
Equivocadamente muchos comentarios y noticias periodísticas hablan del acuerdo alcanzado para un régimen de promesas (pledges) de mitigación, pero los actores principales que no quieren referirse a compromisos (commitments), también eluden hablar de promesas (pledges).
Este llamado limeño a la acción (climate action) no preanuncia un acuerdo vinculante, y así se acomoda a las necesidades de Estados Unidos que no podría someter un tratado internacional al consentimiento del Senado porque ese cuerpo, en enero, negó que el cambio climático pueda atribuirse a la actividad humana. Otros gobiernos amparan sus propios enfoques en los logros que Washington obtiene en las negociaciones. La posición que elabora la Unión Europea requiere que, para ser parte del protocolo que pueda acordarse en París, el Estado asuma un compromiso de mitigación.
En este contexto, el mamotreto de Ginebra suma niebla a la confusión. El anexo a la resolución de Lima tenía 38 páginas que en Ginebra aumentaron a 86. Se ha reconocido que tiene repeticiones y cuestiones metodológicas y se ha pedido que las resuelva la Secretaría de la Convención, como si esas repeticiones y yerros metodológicos no fueran ardides de negociación introducidos adrede por las delegaciones.
En el texto están apiñadas todas las posiciones y todos los matices, sin desechar contradicciones, ni aprovechar afinidades, ni tomar en cuenta la entidad del sustento a cada frase. Contiene por lo menos 327 opciones alternativas y no menos de 80 sub alternativas. Solo pueden leerlo iniciados insomnes y perseverantes.
La tendencia a acumular todas las variantes imaginables en el documento de negociación es un fenómeno frecuente en las negociaciones multilaterales, pero llega al paroxismo en la negociación sobre el clima. En rigor gran parte de los elementos incorporados en Ginebra ya fueron propuestos desde 2007 y considerados en las deliberaciones del Grupo de Trabajo de Cooperación a Largo Plazo conocido por AWG-LCA (tomado del nombre en inglés Ad hoc Working Group on Long Term Cooperation). Ese grupo creado en la Conferencia de Bali (2007), luego de fracasos y prórrogas en su mandato, fue disuelto en Doha (2012) sin terminar su tarea, un año después que el actual Grupo para la Plataforma de Durban que en febrero engendró el mamotreto había sido creado para sustituirlo.
Solo ignorando la historia de las negociaciones podría alentarse alguna esperanza a partir de las orientaciones de Lima de diciembre y los resultados de febrero de 2015 en Ginebra.
[1] Decisión 1/CP.20
[2] Ad hoc Working Group on the Durban Platform for Enhanced Action, Negotiating text
[3] 1/CP. 19
[4] Es sencillo traducir nationally determined: ha sido especialmente reclamado por los países en desarrollo y tiene relación con el debate sobre criterios top down o bottom up para la mitigación, sobre lo que me ocupé en otra colaboración. Contributions se ha introducido para reducir el rigor del término commitments que varios gobiernos rechazan y muchos reclaman.
*Raúl A. Estrada Oyuela, es Abogado y Diplomático, y presidió las negociaciones del Protocolo de Kioto entre 1995-1997, así como sucesivas reuniones de las partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y sus órganos subsidiarios desde 1991 a 2001. Es profesor del Diploma Superior en Derecho y Economía del Cambio Climático ofrecido por FLACSO Argentina.