Publicación: La Brecha de Emisiones
Para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, es decir, limitar el aumento de la temperatura del planeta entre 1.5°C y 2°C, es necesario un esfuerzo global para alcanzar el pico de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) lo antes posible. De acuerdo a la información provista por el IPCC y otros organismos, ese pico debería darse en el año 2020, es decir, HOY. Sin embargo, desde el año 1970 las emisiones GEI han crecido de manera sostenida. En 2018, se produjo un récord en las emisiones GEI liberadas a la atmósfera. De esta forma, se observa lo lejos que se está de alcanzar el pico de emisiones GEI globales en los próximos años; cada año que se lo pospone, significa un mayor esfuerzo futuro en una reducción de emisiones GEI más rápida y profunda. Esto es abordado en el documento “¿Dónde estamos? La brecha de emisiones”, escrito por Nahuel Pugliese, Lic. en ciencias ambientales (UBA), maestrando de la Maestría en Derecho y Economía del Cambio Climático (FLACSO Argentina) y miembro de Sustentabilidad Sin Fronteras. El artículo forma parte del “Informe de Cambio Climático 2020: Dónde estamos y cómo seguimos” de dicha fundación, cuya coordinación estuvo a cargo de María Luz Falivene y Nahuel Pugliese.
En el marco de lo establecido en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, los países deben presentar sus compromisos de reducción de emisiones GEI a través de sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs). A partir del estudio de la sumatoria de estos compromisos, es de público conocimiento que éstos no son suficientes para dar cumplimiento a los objetivos del Acuerdo de París. Esta conclusión surge del análisis de la brecha de emisiones realizado anualmente por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). La brecha de emisiones puede definirse como la diferencia entre el nivel futuro en que se encontrarán las emisiones GEI globales bajo lo establecido en las NDCs de cada uno de los países que forman parte de la Convención y aquel nivel en el que la comunidad científica ha determinado que deberían encontrarse hacia 2030 para estar en el sendero de emisiones menos costoso para limitar la temperatura global entre 1.5°C y 2°C.
La brecha de emisiones es muy grande, siendo necesario que las emisiones GEI anuales a 2030 disminuyan 15 GtCO2eq para evitar el aumento de 2°C y 32 GtCO2eq para el objetivo de no superar los 1.5°C, considerando lo establecido en las NDCs de forma incondicional. Es por ello, que es necesario un aumento profundo de la ambición de las NDCs, siendo imperioso triplicar los esfuerzos de mitigación para limitar la temperatura a 2°C y quintuplicarlos para no superar los 1.5°C.
En cuanto a cuáles son los países que más inciden en el aumento de las emisiones GEI a nivel global, los países miembros del G20 representan el 78% del total de las emisiones. Por lo tanto, tienen un rol clave en lo que se refiere a la reducción de emisiones necesaria para cumplir con los objetivos globales. Sin embargo, la trayectoria de emisiones de aproximadamente la mitad de los países de este grupo no se encuentra alineada con el cumplimiento de su propia NDC. Por otra parte, en el marco de lo establecido por la Convención, los países deben desarrollar y presentar una estrategia a largo plazo para un desarrollo con emisiones bajas en carbono, que tiendan a la neutralidad de carbono en las próximas décadas (2050). Hasta el momento, pocos países del G20 han presentado este tipo de estrategias, esperándose que una mayor cantidad de países las presenten durante el 2020.
Para aumentar la ambición de los compromisos de los países, es necesaria una descarbonización de la economía global, lo cual supone cambios estructurales fundamentales, los cuales, a su vez, deberían ser diseñados para brindar múltiples co-beneficios a la humanidad. Estos cambios necesarios para lograr las cero emisiones netas a nivel global alcanzan a todos los sectores productivos, incluyendo al sector energético, al sector de transporte, al sector industrial y de la construcción, al sector agropecuario y a las políticas relacionadas a los cambios en el uso de la tierra, entre otros.
Este tipo de análisis se basa en el impacto sobre las emisiones GEI futuras a partir de lo establecido por los países miembros de la Convención en sus NDCs. Sin embargo, es importante mencionar que existen una gran cantidad de compromisos climáticos por parte de gobiernos sub-nacionales (a nivel de regiones, estados o provincias, municipios y ciudades) como así también por parte del sector privado. Si se tienen en cuenta el cumplimiento de estos compromisos, adicionalmente al cumplimiento de los nacionales, se podría reducir significativamente la brecha de emisiones, logrando así estar más cerca de los objetivos propuestos por el Acuerdo de París.
El documento completo se encuentra disponible en la página web de Sustentabilidad Sin Fronteras.